El Hospital Rural de Ocosingo es el primer hospital que Fundación AXA México intervino con su programa Hacer para Nacer. Este hospital cuenta con una población adscrita de 18 658 habitantes (65 % indígenas), pero atiende en su zona de servicios a 289 683 personas (90 % indígenas). El hospital opera por medio de 46 unidades médicas rurales, de las cuales la más cercana se encuentra a 25 minutos en auto y la más lejana a cinco horas. La obstetricia y atención neonatal es un pilar dentro del hospital, es decir, lo que más se hace en este lugar es atender a mujeres que dan a luz, ya que, anualmente, alrededor de 2 400 bebés nacen en sus instalaciones médicas. No obstante, debido a la tasa de mortalidad próxima a 13 %, el hospital busca resolver en embarazos de alto riesgo complicaciones determinadas por las condiciones económicas, sociales y culturales de la región.
Comprender las condiciones de las mujeres que acuden a esos hospitales implica entender la enorme labor que hace el personal médico de la zona y el programa IMSS Bienestar en regiones vulnerables del país. Gracias a ello, sabemos que el perfil clínico de las madres es complejo: su edad puede ir desde los 15 años, son primigestas o multigestas, pueden tener embarazos múltiples y, además, viven en condiciones económicas vulnerables o con un control prenatal deficiente no sólo por cuestiones de acceso, sino también por barreras culturales; por otra parte algunas de las complicaciones durante su embarazo son ruptura prematura de membranas (que conlleva a prematurez extrema <28 semanas de gestación), infecciones urinarias y estados hipertensivos.
En los tres años que el programa se ha hecho presente en este hospital, la unidad de cuidados especiales del hospital de Ocosingo ha cambiado sustancialmente. El personal médico y de enfermería ha desarrollado una sensación de pertenencia, pues, desde 2015 a la fecha, ha realizado un riguroso estudio para comprender y analizar cada uno de los casos de mortalidad neonatal, enfatizando en las condiciones relevantes de la madre, del bebé, de la atención médica recibida, del periodo de gestación en semanas, de la calidad en la vigilancia tanto del trabajo de parto como del recién nacido, y por supuesto, de la causa básica de defunción.
Estudiar de manera comprensiva la mortalidad neonatal nos ha permitido detectar áreas de oportunidad en cuanto a la capacitación del personal médico, así como reconocer las condiciones de vulnerabilidad con las que se opera a fin de poner en práctica estrategias que fortalezcan el control prenatal. De esta forma, actualmente sabemos que un gran número de mujeres pierde a sus bebés porque no hubo control prenatal, porque la madre presentó factores de riesgo o porque no hubo una vigilancia adecuada del trabajo de parto (pues gran parte de los alumbramientos en esas regiones se sigue dando entre familiares o con parteras).
Hoy en día, el programa Hacer para Nacer permite que el personal médico cuente con más y mejores herramientas, que los bebés tengan más posibilidades de ser atendidos con calidad y seguridad, que las madres reciban una mejor atención y, por lo tanto, que su vida peligre menos. Nosotros, como fundación, sabemos que las donaciones y el trabajo conjunto pueden cambiar la realidad de las y los mexicanos.