Los fenómenos naturales, su impacto y alcance ya representan una importante amenaza a la biodiversidad y es muy probable que las plantas y los animales más vulnerables ante él se extingan. Si el cambio climático sigue empeorando, provocará la extinción de muchas más especies, a menos que tomemos medidas para mejorar la resiliencia de los espacios naturales, mediante su protección, conexión y restauración. Asimismo, podemos ayudar a estas especies en particular y reducir el estrés al que están sometidas por las actividades humanas, incluso ayudándolas a trasladarse a nuevos lugares cuando el lugar donde viven cambie y necesiten un nuevo espacio natural para seguir viviendo.
La desaparición de poblaciones locales dentro del hábitat particular de una especie es más frecuente y está mejor documentada que las extinciones de especies enteras. Esto se atribuye al cambio climático y es posible que suceda en lugares que no muestren las afectaciones habituales de un ecosistema en riesgo por el calentamiento global. Los cambios en las temperaturas extremas suelen ser más importantes para las tasas de extinción local que los cambios de la temperatura media anual, y los ecosistemas acuáticos han sido los más afectados por estos cambios de temperatura.
El cambio climático es un riesgo para las ciudades
Las ciudades y las zonas de urbanización albergan actualmente a más de la mitad de la población mundial. Las proyecciones sobre el número de personas que se espera que vivan en zonas urbanas altamente expuestas a los efectos del cambio climático muestran un aumento, lo que exacerba los riesgos futuros bajo una serie de escenarios climáticos. Las tasas de crecimiento de la población son más pronunciadas en los asentamientos pequeños y medianos, de hasta un millón de personas.
Una adaptación climática bien planificada puede tener beneficios colaterales de gran alcance para el desarrollo sostenible y el bienestar de las comunidades, sin embargo, el éxito tan variado de las ciudades frente a la pandemia mundial de Covid-19 subraya cómo las condiciones sociales y económicas, los entornos construidos y la planificación local pueden exacerbar o reducir la vulnerabilidad y el bienestar de la comunidad a largo plazo.
Además de los efectos directos del calentamiento del planeta, los cambios en la estructura urbana pueden crear una situación de vulnerabilidad climática. El cambio climático ya interactúa con las tendencias globales de urbanización en curso a partir de efectos y perfiles de riesgo específicos para cada región.
Hay fuertes conexiones entre el cambio climático y los riesgos urbanos relacionados con el clima. En algunos casos, la relación es directa, ya que el cambio climático se asocia con eventos meteorológicos y climáticos extremos más frecuentes e intensos.
Las poblaciones de las ciudades, junto con los gobiernos locales y regionales, pueden desempeñar un papel esencial en las acciones para mitigar los riesgos del cambio climático en zonas urbanas, incluyendo, por ejemplo, la movilización de la sociedad civil, las preocupaciones de las voces marginadas y de las generaciones futuras, como se ha visto en diversas movilizaciones estudiantiles mundiales contra el cambio climático.
Los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado deben invertir en investigación para cerciorarse de que sus medidas de adaptación no afecten a grupos vulnerables o no generen más efectos negativos que positivos. Los planes de adaptación urbana deben centrar su atención en las necesidades de comunidades marginadas o vulnerables, como los ancianos, los niños y las personas discapacitadas.
Fundación AXA México y sus acciones a favor del planeta
Ya que el calentamiento global avanza a un ritmo sin precedentes, es necesario que todos contribuyamos para su solución.
En línea con el Acuerdo de París, buscamos que nuestras acciones como AXA Seguros, una empresa mundial y Fundación AXA México ayuden a limitar el calentamiento global (menor a 1.5°C para 2050).
Además, constantemente buscamos estrategias para reducir nuestros consumos y huella ambiental, que se traduzcan en un menor y más eficiente uso de energía, agua, papel, espacios, tecnología, vuelos y desechos.
Por otro lado, a través de la filial AXA Climate, promovemos la adaptación y protegemos a las comunidades mediante una eficiente transferencia de riesgos. Así como en 2021 lanzamos AXA Climate School, una herramienta de entrenamiento y concientización para colaboradores y clientes que busca traducir los conocimientos en acciones en favor del planeta.
Si de algo estamos seguros es que un cambio a favor del planeta es posible y unidos podemos fortalecer las acciones para hacerlo una realidad.
Fuente: https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/
